Se abren las puertas de par en par, ingresas como conociendo el lugar,
todos te saludan, inclinas la cabeza y sonríes.
Te acercan la silla, tú tomas asiento y comienzas
a hojear la enorme carta con tapas de cuero labrado.
Tus ojos se disparan de un plato a otro y sin entender nada
preguntas donde estas.
El mayordomo te sonríe y responde:
«Vida a la carta»
aquí tienes la posibilidad de elegir,
diseñar tu plato favorito, cambiar los ingredientes,
mezclarlos, quitar o agregar lo que gustes,
aderezarla como mas te plazca,
saltear la entrada,
comer dos platos,
en fin tú eliges….
continuará…..
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Vida a la carta